Datos inmuebles
Arquitecto – Santiago de la Fuente y Antonio Vallejo Acevedo
Tipo de propiedad – Privada
C/ Títulos nº 29,
Valladolid, España
47009
Datos de contacto
Paseo Acera de Recoletos s/n
47004 Valladolid
Tel: 983 219 438
Mail: filmcommission@valladolidturismo.com
La fábrica de Tableros de Fibras S.A., conocida por su acrónimo TAFISA, se implantó en la periferia de Valladolid, situada entre la margen izquierda del Canal de Castilla, al que da frente el acceso principal a todo el complejo, y la margen derecha del río Pisuerga. Dicha entrada está en proximidad de la esclusa número 42 del Canal, una de las mejor conservadas de las muchas que todavía existen de esta heroica infraestructura industrial hidráulica del siglo XIX.
El éxito comercial de su producción, cuya condición de industria puntera en el sector todavía hoy mantiene, ha obligado a sucesivas ampliaciones y modernizaciones de sus edificaciones. Sin embargo, los edificios del proyecto original de los arquitectos Santiago de la Fuente Viqueira y Antonio Vallejo Acebedo, el pequeño volumen de acceso y oficinas y la nave de fabricación de tableros especiales que fueron construidos entre 1962 y 1965, mantienen un buen estado de conservación. Ambas representan uno de los escasos pero selectos ejemplos de arquitectura industrial moderna de los años sesenta en Valladolid, por cuyo reconocimiento está recogido en el Registro Ibérico de Documentación del Movimiento Moderno (DO.CO.MO.MO.).
El edificio de oficinas, de apenas 420 metros cuadrados y construido en apenas seis meses, está situado a la entrada y dispone de dos plantas con cubierta plana. Es una edificación con un marcado carácter brutalista, en sintonía con algunas obras arquitectónicas que en Europa se estaban produciendo en su época en su concepción volumétrica y estructural y en el uso plástico de los materiales. Ocho pilares de hormigón armado en forma de H, y adentrados respecto del volumen superior, acotan la posición de la caja inferior del acceso y sirven de apoyo al volumen de planta primera. Este se apoya sobre dobles vigas de hormigón armado, con ménsulas en sus extremos, sobre las que apoya la viguería en doble ménsula que permite trasladar a sendas fachadas longitudinales los pilares de la planta superior, dejando los espacios administrativos de ésta totalmente libres de la estructura. Su espacio interior diáfano se distribuye libremente con particiones secas, desmontables y moduladas; un suelo técnico para albergar las instalaciones y un falso techo de tableros de madera, completa los elementos de compartimentación. La estructura metálica de la planta superior, resuelta con pilares de acero de sección cuadrada de 10 x 10 centímetros, guarda la misma modulación que la carpintería exterior de las grandes ventanas horizontales, de las cuales la orientada al oeste se protege con un brise-soleil, cuyo rasgado contrasta con las fachadas de ladrillo a cara vista. Gárgolas de hormigón, bajantes de lluvia y mástiles de las banderas en el acceso, completan el juego icónico de este pequeño pero arquitectónicamente intenso edificio que representa el modo de hacer arquitectura de una determinada época.