Las facilidades y servicios de una ciudad capital y las comodidades de una localidad de tamaño medio se dan la mano en Valladolid.
Gracias a una situación geográfica privilegiada goza de un sistema de comunicaciones de reconocida calidad. Destaca la red de autovías que la acerca a Madrid y a la costa cantábrica en poco más de dos horas, y a capitales portuguesas como Oporto o ciudades de la costa de Plata francesa en tan solo cuatro horas.
Además, Valladolid dispone de una conexión ferroviaria privilegiada gracias a la línea de alta velocidad (AVE) que ofrece trayectos diarios a diversos destinos de todo el país –de solo 50 minutos hasta Madrid, poco más de tres horas hasta Valencia y apenas cuatro horas hasta Barcelona o Sevilla- y un aeropuerto situado a diez kilómetros del centro de la ciudad.
Capital también en la Historia
En el terreno histórico destaca la Controversia de Valladolid. Se denomina así al debate que enfrentó, entre 1550 y 1551, a teólogos y juristas acerca de la colonización de América y los derechos de la población indígena. Por un lado, fray Bartolomé de las Casas, defensor del respeto de los derechos humanos de los indios americanos como seres iguales a los europeos; por otro, Juan Ginés de Sepúlveda, quien abogó por la guerra contra los indígenas y el dominio español.
Si bien no se llegó a ningún acuerdo, este hito histórico es considerado el primer debate sobre los Derechos Humanos.
Son muchos otros los momentos que sitúan a Valladolid en el centro de nuestra Historia. Fue la ciudad elegida por los Reyes Católicos para contraer matrimonio. Aquí nacieron reyes y reinas como Felipe II, en cuyo imperio no se ponía el Sol, o Ana Mauricia de Austria, la ‘reina de los Tres Mosqueteros’; y murieron personalidades como Cristóbal Colón. Carlos I es coronado rey de Castilla en Valladolid y Magallanes firma en esta ciudad las capitulaciones previas a la primera vuelta al mundo. Ciudad literaria, aquí terminó Miguel de Cervantes la primera parte del Quijote, nacieron José Zorrilla y Miguel Delibes y comenzó el célebre enfrentamiento entre Quevedo y Góngora.
En cuanto a su riqueza patrimonial, Valladolid, capital de la corte de Felipe III, atesora un patrimonio de más de 40 Bienes de Interés Cultural: iglesias, palacios, casas nobiliarias o el propio casco antiguo, declarado Conjunto Histórico.
Destaca su Semana Santa, la primera en ser declarada de Interés Turístico Internacional (en 1981) por la riqueza artística e histórica de tallas realizadas por Gregorio Fernández, Juan de Juni, Pompeyo Leoni o Andrés Solanes; obras que hacen de esta una de las principales exposiciones de imaginería religiosa del mundo.
El carácter escultórico de la ciudad se consagra en el Museo Nacional de Escultura. Custodio de la colección de escultura española más importante del país y una de las más destacadas a nivel europeo, referente internacional en madera policromada; exhibe sus fondos en en tres de los edificios civiles históricos más emblemáticos de Valladolid: el Palacio del Marqués de Villena, el Colegio de San Gregorio y la ‘Casa del Sol’.
La gastronomía y el enoturismo son otras dos señas de identidad de Valladolid. Sus productos tradicionales, de reconocida calidad, han sabido adaptarse a las nuevas demandas de la sociedad.
Valladolid es sede del Concurso Nacional de Pinchos y Tapas, el mayor showcooking en vivo del país del que sale la mejor tapa española del año; y del Campeonato Mundial de Tapas.
La cultura del tapeo se disfruta en maridaje con el vino: en la provincia confluyen cinco denominaciones de origen –Ribera del Duero, Rueda, Cigales, Toro y Tierra de León- y cuatro rutas del vino – Ribera del Duero, Rueda, Cigales y Toro-. La capital acogió el principal certamen del mundo en torno al vino, el Concurso Mundial de Bruselas, un acontecimiento histórico que pone de relieve la cultura enológica como parte de nuestras raíces.
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